domingo, 16 de octubre de 2011

Superhéroes. ¡¡Masked Knight!!

¡NOOOOOOOOOOOOOOOO!
¡NOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO!
¿¡¿¡QUË ESTÁIS HACIENDO!?!?!

   Los gritos no cesaban, nunca. Robo-bot, la fría máquina de matar, el secuaz definitivo de La Entidad, se estremecía de placer. Era uno de los muchos dones que le habían sido concedidos. Y mientras él disfrutaba, la fuente de ese deleite sufría como jamás había sufrido. Sufría mientras los secuaces retiraban sus huesos de su carne viva, sufría con cada bocanada de aire inyectado directamente a sus pulmones. Pero aún así su cuerpo se negaba a dejarle irse. Le retenía, atado a la consciencia. Le obligaba a sentirlo todo, a percibir cada nueva tortura ideada por su captor.

  A varios kilómtros de ahí, los restos del equipo médico se reunían entre las telas desgarradas y la madera ardiente. Helena, una de las pocas soldado supervivientes, se subió al montículo de arena creado por los proyectiles. Recordaba ver las luces en el cielo, las explosiones, y luego ruido y gritos. Y de las bombas salieron hombres, o máquinas. O ambas cosas. Lo único que recordaba era que eran dificiles de matar. Resistentes de narices. Luego, cuando habían acabado con todos, los vio irse con gente en brazos. Entre ellos a Luke. Y entonces se dio cuenta de lo que había pasado. Se vio rodeada de los demás supervivientes, débiles y heridos.

  Helena miró hacia delante y se le cayó el alma a los pies. Más máquinas se acercaban. Eran los de la segunda bomba, que se habían mantenido al margen. Pero entonces el mundo se giró, dio un traspiés, se retorció de dolor y se dio cuenta de que faltaba algo en ese lugar, en ese momento. Del cielo azul cayó un hombre, con una espada y una armadura, relampageando el arie a su alrededor. Se colocó entre los hombres máquina y ella, con la enorme espada en la mano.
-Hhh... Helena...- masculló- será mejor que busques a tu novio, o estará muerto en unas horas.
  La ficción nos ha enseñado que cuando alguien te dice algo así, se contesta ¿que? ¿cómo sabes qu..? Lo que la ficción no explica es que, cuando te dicen que si no obedeces lo que acaban de decir, en unas horas la persona a la que amas morirá, lo único que haces es obedecer.
  Y eso hizo Helena. En cuanto su sombra desapareció en el horizonte, Masked Knight sonrió y miró a los autómatas a la cara.
-Bien... Será mejor que os deis prisa, feos. No tengo mucho tiempo.

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